Estaba entre cajas, escuchando cómo entraba la gente en la sala. Sonaba la música de Manccini y yo me acordaba del día que hice el casting para el personaje en Marzo, del día que empezamos los talleres en abril y los ensayos en septiembre. De los primeros ejercicios donde empezábamos a conocernos y a mirarnos a los ojos. Algunas eran miradas con marcas de vidas intensas pero con el brillo de la ilusión, de la alegría, de la esperanza, de la vida…
Recordaba este proceso donde todos habíamos compartido tantas emociones, risas, complicidad… reflexionaba sobre por qué es tan especial el estreno, y llegaba a la conclusión de que cuando está el público todo cobra sentido. Por eso cuando se baja el telón tras la primera función y sin ningún percance, todo el equipo se funde en un abrazo de alegría: es el subidón.
Cuando era niño y hacía teatro en el colegio, en el grupo Lohengrín, solía decir que lo mejor del teatro eran los pinchos de después. Recuerdo que me habían asignado la tarea de “mantenimiento”; tenía que anotar en una libretita lo que había que comprar (tornillos, cinta, bridas…). A mí aquello me parecía un poco aburrido, así que, además de eso, iba valorando la cantidad y calidad de los pinchos que nos ponían en los centros culturales donde actuábamos:
-Jose, el sábado actuamos en Beade,¿cómo lo ves?
-¿Beade? Mmm… A ver… ¡ah! Muy bien, ¡ahí ponen rosca y empanada!
Era el momento en el que nos reíamos y compartíamos lo que habíamos vivido: aquel fallo de texto, aquella salida inesperada, aquel espontáneo del público… En definitiva: el subidón.
Este poema va dedicado a todas las personas con las que compartí este proceso, desde aquel primer martes de Abril; incluso a aquellas que no han podido llegar hasta el final (Juan Felipe, Yolanda, Javi, Jesús, Palo…). Una dedicación especial a Milu e Iván por avisarme del casting, a Carol Verano, porque se la echó de menos y a Paloma Pedrero por confiar en mí, dejarme vivir este proceso donde hice muy buenos amigos y sobre todo por hacer tan buen trabajo.
CANCIÓN AL SUBIDÓN
(La escribí hace una semana para el estreno de los amigos del mimo-drama ACID, pero cambiando unos versos vale para aquí y para todos los estrenos del mundo)
¡Viva la Magia!
¡Magia que viva! (1)
vivan las cañas
viva tu prima!
¡Viva esta ´hambre
tras la función
viva el jolgorio
del subidón!
¡Viva esa oliva,
Doña Vergüenza!,
¡esa salchicha,
esa grasienta!
¡Viva mi amigo…
…quien lo parió!
¡que vino a verme´n
´cima pagó!
Otra rondilla
Don Camarero,
que queda noche
ponga usté esmero.
¿Quien quiere doble?
¡´tamos de estreno!
Dale a la rubia,
dale al moreno.
¡Cómo se ríe
Don Astracán!
Para mañana
nos guarda un plan…
¡Cómo se ríe
Don Camarero!
¡Cómo le baila
Don Billetero!
Las cucarachas
traen mejillones,
bravas patatas
y chipirones.
Vienen bailando,
marcan compás,
ellas se unen
¡chascarraschás!
¡Viva la Magia! (2)
¡Esta alegría!
¡Viva la juerga!
¡Viva la vida!
¡Viva el teatro
que nos unió!
¡Brindo por ellos!
¡Brindo por vós!
1.En el original había escrito:
¡Viva la panto,
panto que mima
2. ¡Viva la panto!